lunes, 24 de septiembre de 2007

Identidad Virtual

Constanza Blanco J. - Liceo Tajamar de Providencia

La tecnología consume nuestras vidas a una velocidad ni siquiera imaginable, no he terminado de decir la palabra futuro y ya se trata del pasado. Nadie está ajeno a esto y para salvarnos de las consecuencias de la globalización, tendríamos que irnos de retiro al Tibet o a alguna tribu del Amazonas, y ni siquiera ahí estaríamos libres de celulares, cosas de ubicación satelital, o Internet. Ya no se puede mirar el cielo e imaginarse un extraterrestre o algún suceso mágico, sin que alguien mate la fantasía, y diga que se trata de una avión o cualquier otra explicación, relacionada con tecnología, que en el campo o hace algunos años atrás, haya sido inconcebible. Para que hablar de las cuidades globalizadas, que por muy tercer mundistas que sean, están llenas de luces, letreros, y pantallas gigantes. Tecnología por todas partes, ya no se puede vivir sin celular, sin revisar el Messenger, (aunque no haya nadie conectado), sin ver el correo, sin mandar cadenitas estupidas, sin el play station amarrado al cuello, sin el notebook en Baquedano, sin hablar de términos como wifi o el mp4.
Las antiguas generaciones, que pueden incluso ver con malos ojos este auge cibernético, sienten curiosidad por el tema, y no faltará el abuelito interesado que aprendió a utilizar Word o que chatea con sus nietos que se encuentran lejos de él. El adulto, el hombre de la vida común y corriente, el que se levanta temprano para ir al trabajo, el que creció con el Atari, vio cuando niño por primera vez en su vida una tele a colores y que incluso alcanzó coleccionar vinilos en su adolescencia, es el que hoy en día, vive adaptado a la tecnología, y como se nos facilita la vida con ella, no podemos negarlo. Pero uno aunque no quiera, termina acomodándose por la presión misma de la sociedad, para ir con la corriente y no quedarse atrás, para simplificar su vida y para estar a la par en esta jungla de cemento en donde se impone como regla estar conectado a algo. Comentarios como, ¿Qué no tienes celular?, ¿Cómo? No puede ser, o ¿escuchando cassette?, que anticuado.
La anacronía es casi una utopía en estos días, pues aunque uno no quiera, por comodidad u obligación tiene que estar actualizado. De hecho, si nos referimos a tecnología, bastaría con mencionar un secador de pelo, la lavadora digital o los televisores de plasma, pero hablamos de globalización, aquella mágica red, que borra fronteras, países, banderas e idiomas, que nos hace perder nuestros valores, olvidar nuestras tradiciones y que va uniformando nuestra sociedad a tal punto que ya nada es original. Ninguno de estos elementos tecnológicos sirve para ser parte de ella, pues basta con saber usar Internet, entender lo mínimo de inglés y ya estas dentro, tienes el mundo a tus pies. Todo, o prácticamente todo, se puede hacer a través de él, comprar en el supermercado, mandar a hacer un trabajo, estudiar en la universidad, trabajar, encontrar al amor de la vida, incluso sexo virtual.
En base a esto, es imposible no sentirse tentado a llevar una vida conectados y sin mover un dedo, las nuevas generaciones se perderán en esta fantasía, y para que hablar de la juventud actual, quienes nacimos pegados al tetris y al Nintendo, y que hoy hablamos de gygas, bytes, firefox, firewall, y anti-virus.
Que extraño lenguaje, que dialecto más rebuscado, podrían pensar nuestros abuelos, quienes tenían que esperar semanas o meses para saber que pasaba al otro lado del mundo, y que hoy basta con subirse al metro y que sin que lo pidas, te regalen el diario y sepas cual es la ultima calamidad en Mozambique o que pasa con el calamar gigante en Japón.
La comunicación vuela, todo se sabe, de una u otra forma. Pero, ¿qué queda para quienes nacieron en este revuelo?
Los niños del nuevo milenio, aquellos que se reirán en 20 años más de nuestro cine o del teléfono, estos niños que nacieron con el procesador Pentium y la placa madre incorporaros, con tarjeta de video, un buscador avanzado, con la robótica y los avances de la ciencia. Qué Nintendo, por favor. Realidad virtual y simuladores a la orden del día. Los juegos diana y los flippers, con sus sistemas de fichitas, el pacman y el taca taca playeros, son un vago recuerdo de un pasado, que fue glorioso para quienes lo vivieron.
A los cinco años, ya saben usar un computador, usar todas las funciones de un DVD, y del control remoto más encima. Ya en kinder manipulan celulares como si se tratara de bolitas o autitos.
Es una cuestión cultural, ir en contra del progreso de la tecnología y de la informática, no está de
moda, pero aún más terrible que eso, es que sin ella, ya la vida no es práctica y cada vez menos funcional, es muy difícil adaptarse al ritmo de una sociedad computarizada, sin hacer uso de la tecnología misma.



En el colegio, todos los trabajos tienen que ser hechos en computador, que subo la guía al correo, que juntémonos a discutirlo por MSN y que lo saco del rincón del vago. En la U, exactamente lo mismo, pero amplificado. No me imagino a alguien escribiendo su tesis a mano y menos la cara del profe al recibirla.En el trabajo, sea cual sea, que el celular indispensable, el Ipod para desestresarse, y el notebook o la palm, para no anotar las reuniones en la mano.
De todo esto, claro, mucho es necesario para alivianar el peso de nuestras vidas y hacerlas más amenas, pero hay que reconocer que cada vez aparecen en el mercado cosas de carácter suntuario y totalmente irrelevantes para nuestras vidas, como por ejemplo un DVD portátil para ir viendo una película en la micro. Tonto, innecesario, primero por que se supone que cuando uno ve una película lo hace cómodo, sentado, relajado en su casita, y no todo apachurrado en una lata de sardinas, y segundo por que las probabilidades de que llegue a su casa sin el , son
altísimas en este país.
Pero a medida que nos hacemos viejos, indistinto si nos interesa o no, cada vez nos alejamos más de la tecnología. En la vejez, da la sensación de que ya no es necesaria del todo, que se puede retornar a los orígenes y recostarse tranquilo a escribir, dormir o hacer un tejido, aunque es cada vez más común, como mencionaba anteriormente, ver al abuelito al otro lado del mundo a través de la WebCam, viendo a sus familiares, y que le mandan el videito de la graduación o la foto del matrimonio. Es que no queda más que dejarse llevar por la corriente, por la masa, por la publicidad, por el avance, luchar contra ella es suicidio social.Ósea, no tener correo o celular, es casi una falta de respeto. ¿Que acaso esperas que te vaya a buscar a la casa también?, y para los jóvenes. ¿Que no tienes fotolog? Que horror. Pero existen aun quienes intentamos arrancar de ella, o por ultimo intentamos hacerle frente, con orgullo y valentía, saliendo por la vida con un celular que parece un ladrillo prehistórico, objeto de burlas y sinónimos como walkie talkie, pero que es perfectamente practico y funcional, luchando también contra la humillación de no estar a la moda o no haberse gastado tres de tus sueldos o un año de mesadas en un celular con cámara, radio, televisor, Internet y Water incluido, alejándonos de las horas de absorción del MSN, de los juegos online, de la chatarra electrónica. Creyendo aún que somos parte de una tierra que debemos cuidar, de la naturaleza, velando por las relaciones humanas, por la verdadera libertad de expresión.

Que dependemos de nuestro entorno y que debemos protegerlo por sobre todas las cosas.Todo un desafío, sobre todo cuando se trata de un mundo muy envolvente, luminoso y atractivo, que seduce con la oferta de un día a día fácil y todo el doble de rápido.Resistirse, es tarea de locos, o de estúpidos, y definitivamente la vida es mucho mas sencilla bajo su amparo, y todos de una u otra forma dependemos de ella.
Pero todo tiene consecuencias, buenas y malas, y en el caso de la tecnología, Internet y estas cosas, pueden ser catastróficas, sobre todo cuando se trata de un mal uso de estas, y mas aún, en etapas tan importantes como la niñez o la adolescencia.La tele es la nana de los niños, el asesinato de la imaginación, o vaya alguien a decirle a un crío, que los duendes existen, por que te taparía con explicaciones científicas y corroboradas por importantes investigaciones que estos son un invento y todo con el respaldo de su intimo amigo, google.Cada segundo que pasa, equivale a un invento cibernético de algún japonés ociososo, diez asaltos a bases de datos de bancos, 100 nuevos dominios de Internet, 1000 nuevo fotologs, el 80 por ciento de estos pertenecen a jóvenes chilenos, 10.000 ataques de virus, troyanos, gusanos y otras malignidades varias que habitan la red y 1.000.000 de nuevas identidades en el cyber espacio. Con esto último, nos estamos refiriendo a algo muy serio y preocupante, un problema que silencioso e invisible pasa desapercibido ante nuestros ojos. La identidad virtual, todos nos vemos tentados ante ella en la red, otra de las tantas posibilidades que nos da esta para escapar de la realidad a una dimensión alterna, inventándonos en ella una nueva vida para superar complejos o simplemente esconder lo que realmente somos.
¿ Es realmente tan grave?, la verdad es que no, pues quien lo ha hecho un par de veces, movido por la curiosidad o el ocio, raya en la inocencia de querer jugar un juego en el cual nadie puede verte la cara y no hay culpas ni mayores complejos, pero llevado a un extremo si que puede trasformarse en un peligro para nuestra estabilidad y vida social, sin mencionar que incluso, haciéndolo una sola vez, puede llegar a ser fatal, mezclando un poco de mala suerte y destino quizás.



Todos sabemos, y en esto no hay excusa, que se puede encontrar toda clase de cosas en Internet, desde pornografía a avisos comerciales, y muchas de ellas no son aptas para quienes no hagan un uso responsable, o por ultimo consciente de estas.
El tema de las identidades virtuales se basa principalmente en que con una pantalla en frente la gente se libera, e inventarse una vida totalmente distinta en Internet o arreglar la propia es tentador, ya sea para subirse el ego o para quedar bien con alguien que se ha conocido a través de este medio.
Esto puede llegar a tener dos grandes y problemáticas consecuencias, primero el hecho de que a nivel emocional, quien se pase en este tipo de practicas, terminara tarde o temprano, creyendo gran parte de lo que se ha inventado, y al desconectar el computador se verá internamente sumido en su realidad tangible, que no es la que con tanto esmero y coherencia se ha imaginado ,provocando desequilibrios e inestabilidades, depresiones o angustias innecesarias, al tener proyectada a través de esa caja cuadrada todo el sueño de lo que quisieras ser y la negación de uno mismo, y segundo, al llevarlo a la realidad, así mismo como uno puede llegar a mentir sobre uno a través de Internet , otros también lo hacen y nada te acredita, nisiqueira fotografías o incluso una cámara, que ese tipo que conociste en el Chat, poeta y soltero, que tan solo tiene un año más que tu y te ha jurado amo eterno, no es un degenerado pervertido, psicópata o pedofilo, casado, con 4 hijos y una orden de arresto por pensión alimenticia.
Exagero, claro, pero puede ocurrir, y es más, ocurre.

En el vertiginoso mundo de las comunicaciones en la red, es imprescindible contar con un perfil público para que otros puedan saber de ti. El solo hecho de hacerse un correo requiere de uno, y es muy atractiva la idea de ponerse un pseudónimo interesante y llamativo. Por ahí se parte, los pseudónimos, utilizados, en Messenger, correos, foros, blogs, fotologs, y juegos en línea, todos estos ,herramientas masivas de comunicación instantánea, en donde agregar una nueva persona a la lista de contactos es mas rápido que preparar un puré pre-hecho.En casos más extremos, hay jóvenes, y lo digo por experiencia propia, quienes son conocidos en la vida real, por sus nicks y pueden tener amigos de años que no saben realmente como se llaman pero si cuales son sus apellidos ficticios en la red.Imagino a las madres de estos, contestando el teléfono, y mandando a buscar a sus hijos quienes fueron llamados por nombres como Átomo, Nerón, Cereal killer o napoleón. ¿Para que poner nombre a los hijos? ¿Para que perder tiempo pensando en que sonara mejor con el apellido o como si por que se llame Penélope la vayan a molestar en el colegio? Si cuando sean grandes y se conecten al computador serán llamados por el resto como ellos quieran.
¿Crearse un nick o un pseudónimo significa necesariamente que se está renegando de la personalidad propia y de uno mismo?
Claro que no, volvemos al mismo punto, el problema es en extremo.
Los chats son un ejemplo, es un medio en el que no hay como saber con quien estás hablando, si es cierto o no lo que te dicen y que te lleva a actuar de la misma forma.Claro está que puede pasar también que a través de este canal, conozcas a alguien importante para tu vida y resulte de aquello una buena experiencia.Pero hay que recalcar que estas oportunidades, favorecen el uso de las mentiras, a no ser transparentes, a la falta de confianza, a desechar la posibilidad de amistades y relaciones de verdad, y lo que es más grave, a ser uno mismo el gestor de un auto-engaño que a la larga es peor.El mal uso de la identidad virtual, o mejor dicho el abuso de esta, sobre todo en la adolescencia puede traer consecuencias dañinas para quien no sepa defenderse de en este mundo en donde cada es más recurrente la impersonalidad, cada vez es más frecuente escuchar a alguien preferir quedarse en casa pegado al PC chateando o jugando póker online con gente a la que nunca le ha visto la cara, a salir a despejarse un rato y pasar un momento agradable con los amigos, los de carne y hueso, los que viven cerca, los que se conocen, esos que realmente existen, y no los que se ven a través de una pantalla, que no sabes si son producto de tu imaginación o la careta de algún enfermo de por ahí.
No es sano ni natural dejarse llevar en exceso por la tecnología y lo que esta nos ofrece, pues terminaríamos siendo esclavos de ella, cuando originalmente fue creada como una ayuda para el ser humano, pero al fin y al cabo, se trata de una realidad que nos acompaña en el diario vivir y que es parte de nuestra vidas, querámoslo o no y que conlleva, por desgracia o buena ventura, a que estemos todos conectados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jejeje, fiel reflejo de tu estilo anacronica, la cota de la edad media...=)
suerte